– Sabrina Licht Musso, M.A. Psicóloga Clínica
En estos tiempos de pandemia nos enfrentamos a nuevos retos, tanto para los padres como para los hijos. Como padre se preguntarán ¿cómo hago de mi casa un colegio? ¿logrará mi hijo/a aprender? ¿seré o seremos buenos instructores para él o ella? ¿qué hacemos con el resto de su tiempo?
Por otro lado sus hijos se enfrentan a la dura tarea del cambio de rutina, cambios en la dinámica de estudio, sentimientos de incertidumbre, inseguridad y/o desconfianza en sí mismos al momento de poner a prueba sus habilidades académicas de manera independiente. Así como se enfrentan a una dinámica distinta de cómo ocupar su tiempo en casa.
En el ámbito educativo es importante ayudar a organizar su tiempo de estudio. Como padres y figura de mayor conocimiento en la casa, contribuyen a enmarcar a sus hijos en un nuevo hábito de estudios. Por esto, es importante apegarse a unas cuantas reglas que harán la diferencia para ellos.
Establecer comunicación con la entidad educativa para estar al tanto de clases en línea, tareas y cronograma de estudio.
Es importante tomar conciencia sobre qué espera el colegio de los niños y no permitir que sean únicamente ellos quien comuniquen qué, cuándo y cuánto deben de hacer.
Ahora, ¿qué hacemos con el tiempo restante y no de estudio? Recuerde que para ambos padres e hijos este es un cambio tanto en la rutina, como en los hábitos y por ello ocasiona incertidumbre e inclusive confusión. Hay que promover actividades interpersonales, donde haya sensación de apoyo, comprensión y se dé espacio a la expresión de emociones.
Ahora que están en casa, aproveche para realizar tareas que de lo contrario no harían o que habían pospuesto. Actividades sencillas como ver películas, juegos de mesa, cocinar (preparar pasteles o galletas), aprender a andar en bici o patinar (si el lugar lo permite), reorganizar una habitación, pintar, bailar, hacer concursos con todos los miembros familiares, entre otros.
Recuerde permitir un tiempo en el día o espacio para llevar a cabo actividades en solitario. Es importante que este tiempo exista para que su hijo/a pueda tener un momento para pensar en su día, sentirse satisfecho, pensar si algo le molesta o simplemente descansar.
Organizar el tiempo en casa no será difícil si ambos se proponen a la tarea y se encuentra el equilibrio necesario para el ámbito educativo, el familiar y el personal.
Establecer, mantener y reforzar un horario
Todo niño o adolescente debe de poder contar con un horario establecido por sus padres. El mismo debe de ser igual todos los días semanales (tal como sería ir al colegio). Está claro que si los estudiantes tienen clases obligatorias en línea, los padres deben reforzar no sólo que éste horario se cumpla, sino también asignar un tiempo para tareas y estudio luego de finalizadas las clases.
No olvide asignar períodos de descanso pues son importantes para garantizar el máximo aprendizaje. Los mismos no deben de exceder los 30 minutos.
Encuentre un lugar apartado, lo más similar a un aula.
Evite distractores, no música, no televisión o gente gritando. Debe de contar con una mesa, una silla cómoda, su computadora (si es necesaria) y todos los útiles escolares que acostumbra a utilizar siempre a la mano.
Ofrecer ayuda y preguntar si desean que se les auxilie para comprender algo o llevar a cabo una tarea.
Recordar que no todos aprenden igual y ahora, debido al distanciamiento social, se puede retrasar el aprendizaje al verse su hijo/a enfrentado con nuevos retos como no estar presente para ver, oír y resolver dudas con fluidez.
Pregunte por las emociones que pueden surgir en esta nueva etapa que tienen que enfrentar abruptamente los niños.
Recuerde que este es un proceso de adaptación, un momento inesperado y por ello puede desatar emociones y sentimientos que su hijo/a puede desconocer, sentir miedo, o rechazo hacia ellos. Para ello es importante buscar comprenderlos y apoyarlos o buscar ayuda psicológica de ser necesario.
No olvide motivar a su hijo, felicitarlo y hacerlo responsable de esta nueva fase en su vida y aprendizaje.
Hacerle ver que ha adquirido una nueva responsabilidad que lleva a mayor independencia y por ello mayores consecuencias. Hágale ver que si logra establecer una nueva rutina, formar un hábito y ser exitoso en el mismo contará con grandes destrezas para su desarrollo y desempeño futuro no sólo a nivel educativo sino que también personal.