Belleza

La importancia de una limpieza facial

Entrevistamos a la Dra. Liza Arías, Dermatóloga de Cerave, acerca de la importancia de realizarte una limpieza facial en casa, así como realizarte cada cierto tiempo una limpieza facial profunda en un centro especializado.


Es importante entonces, que a una edad temprana empieces a cuidar de tu piel para que al llegar a una edad madura puedas disfrutar de una piel suave y tersa.

¿Qué es una limpieza facial y para qué sirve?

Las limpiezas faciales son tratamientos que ayudan a remover todas esas impurezas que no se logran remover con una rutina diaria. Ayuda a mantener la limpieza de la piel promoviendo la luminosidad, frescura y vitalidad. Recordemos que nuestra piel produce sebo y sudor, que usamos productos de cuidados, maquillaje además que la contaminación es un factor muy agravante. A esto debemos sumarle nuestras bacterias y células muertas que se van acumulando lo que finalmente resulta en taponamientos, piel grasosa o seca, irritada y sin brillo.

La limpieza facial se vuelve algo indispensable en el mantenimiento de una piel sana a pesar de que uno se lava el rostro dos veces ya que hay componentes que no logramos eliminar del todo y más en estos días con el uso continuo de la mascarilla; donde acumulamos más humedad, bacterias, grasa y sudor.

¿Varía el tipo de limpieza en piel delicada, normal y grasa?

Absolutamente. No se utilizarán los mismos productos o pasos ni tan siquiera la misma frecuencia. Esa es la importancia de que sean realizados por expertos profesionales ya que las pieles con alguna patología de base deben evaluarse correctamente para verificar si amerita o no, en ese momento, una limpieza facial. Incluso, sino prestamos la atención suficiente, podemos empeorar condiciones cutáneas por no saber identificar el tipo de piel (lupus, rosácea).

Limpieza de rutina diaria

Siempre voy a aconsejar la doble limpieza; agua micelar según el tipo de piel para remover maquillaje (aún si no te maquillas), todas las capas de fotoprotector, suciedad, grasa, etc., y posteriormente el uso de un dermolimpiador adecuado; si tienes piel grasa: alguno que ayude a regular la producción de sebo, si tienes piel seca: alguno que ayude a limpiarte, pero sin resecar más tu piel y así de acuerdo con tus necesidades.

Limpieza de rutina intensa

Estas limpiezas según el lugar o quien lo realice incluyen una limpieza, exfoliación (agentes dermatológicos), vapor o succión, peeling ultrasónico, microdermoabrasión, extracción de impurezas, mascarillas hidratantes o desincrustantes, aplicación de antioxidantes, masaje y aplicación de fotoprotector. En fin, son varios pasos, pero como se mencionó previamente, no todos son candidatos para lo mismo. Dependiendo de tu tipo de piel, se te aconsejará hacerla cada 4 -8 semanas. Siempre consulta a tu dermatólogo para definir la mejor limpieza para ti.

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