Cada 19 de octubre se celebra El Día Mundial Contra el Cáncer de Mama, y es un recordatorio para que las mujeres se cuiden y puedan detectarlo a tiempo. En Guatemala se detectan alrededor de 626 casos nuevos cada año* (datos del Instituto Nacional de Cancerología -INCAN- año 2016), siendo así el segundo tipo de carcinoma más frecuente en el género femenino y está considerado como una de las principales causas de muerte a nivel internacional.
El Dr. Sergio Ralón, Médico Cirujano, Especialista en Enfermedades Mamarias y Cáncer Mamario del Hospital San Juan de Dios nos educa acerca del tema y la importancia de detectarlo a tiempo.
¿Cómo detectamos el cáncer de mama?
A partir de dos pilares importantes que son:
- El autoexamen: el cual debe empezar a realizarse a partir de los 20 años una vez al mes, cabe mencionar que las mamas son órganos que debido a las hormonas cambian por lo que el autoexamen permitirá a la mujer conocer mejor su cuerpo a lo largo del ciclo menstrual para detectar cualquier anomalía. En mujeres jóvenes se recomienda que lo realicen el séptimo día después que empezó la menstruación; en el caso de las mujeres mayores que están en la etapa de menopausia puede ser cualquier día del mes.
El autoexamen se puede realizar con la técnica de palparse acostada, en forma circular, en palpación de arriba hacia abajo o en la ducha; lo principal es que se lo realicen ya que curiosamente por miedo, por desconocimiento o porque no saben cómo hacerlo pocas mujeres lo realizan.
- La mamografía: muchas mujeres le tienen miedo a realizarse este examen ya que los aparatos antiguos eran molestos y dolorosos, es recomendable que entre los 40 y 50 años se realice al menos una vez al año dependiendo de los hallazgos que se tengan, después de los 50 años las mujeres entran en el grupo de mayor riesgo de cáncer de mama por lo que se debe realizar obligatoriamente una vez al año.
Es importante mencionar que también existe un grupo de mujeres que se les denomina ¨de alto riesgo¨: que exista un familiar en primero y segundo grado con antecedentes de cáncer (abuela, mama, tía), tener factores predisponentes hormonales asociados (menstruación temprana antes de los doce años), no haber tenido hijos, haber tomado pastillas anticonceptivas por mas de diez años seguidos, haber tenido el primer hijo después de los treinta años, no haber dado lactancia, haber tomado hormonas en la etapa menopáusica o tener más de tres años de estar tomando de forma consecutiva, para estos casos la primera mamografía se debe realizar a partir de los 35 años o entrar a un programa para realizarse una resonancia magnética, como diagnóstico temprano. En casos donde la madre y hermana hayan tenido antecedentes de cáncer de mama antes de los 40 años entra en el grupo de riesgo genético; este grupo debe de realizarse la prueba en sangre para saber si se tiene la mutación genética.
¿Cuáles son los tipos de cáncer de mama?
Carcinoma ductal:
Aproximadamente el 93% de los casos tienen este tipo de tumor, no invasivo
Carcinoma lobulillar:
Las células cancerosas crecen en los lobulillos de las glándulas productoras de leche del seno, pero no atraviesan la pared de los lobulillos.
Etapas del cáncer de mama:
En general todos los tipos de cáncer se dividen en cinco etapas:
Etapa cero (carcinoma in situ), donde la célula empieza a degenerar
Etapa 1 y 2 (carcinoma temprano), generalmente tienen tratamiento y evolución adecuada
Etapa 3 (localmente avanzado)
Etapa 4 (metastásica), el cáncer ya salió en la glándula mamaria y puede avanzar al pulmón, a los huesos, en el hígado, etc.
¿Qué puedo hacer para reducir y prevenir el cáncer de mama?
Es importante hacer cambios en el estilo de vida para disminuir el riesgo de padecerlo y si bien algunos factores como antecedes familiares no se pueden modificar, hay otros cambios que si se pueden realizar:
- Restringir el consumo de alcohol
- Evitar fumar
- Controlar el peso
- Realizar actividad física
Todos estos aspectos no solo ayudan a prevenir el cáncer de seno, sino en general nos ayudarán a disminuir problemas cardíacos, diabetes, etc.
Aunque a cada persona le darán sus propios síntomas, puedes detectar algunos como: cambio de textura de la piel, hinchazón, ardor, dolor, enrojecimiento en el área afectada, cansancio y fatiga.
Debes de poner suma atención en los cambios que se estén dando en tu cuerpo y entender que una detección a tiempo hace la diferencia.