Mindful Eating es el término en inglés para decir en español: Alimentación Consciente. Es básicamente una práctica constante que se manifiesta en la capacidad de estar consciente de los pensamientos, emociones, sensaciones físicas y experiencia sensorial que está involucrada en el acto de comer; esta consciencia permite que lo que comemos y la forma como lo hacemos sea consciente y, evitamos caer en acciones inconscientes que pueden llevarnos a hacer o comer lo que no queríamos o lo que nos hace daño.
Mindful Eating, como yo lo aprendí y lo enseño, viene de la aplicación de Mindfulness al acto de comer y a todos los aspectos de la vida que están involucrados en las elecciones que hacemos y cómo nos relacionamos con la comida en el ámbito físico y emocional. A su vez, Mindfulness nace en América de la aplicación de meditación Vipassana que se remonta a prácticas mucho más antiguas en el Este. El primer programa de Mindfulness en América fue creado hace un poco más de 40 años por Jon Kabat-Zinn y es un programa también basado en meditación para el manejo de estrés. Este programa es secular y practicado por personas de todas edades, religiones y profesiones; ha mostrado ser sumamente efectivo para el manejo de estrés, ansiedad, inteligencia emocional y mejoramiento de la calidad de vida. De ese programa se han derivado muchos otros orientados a temas específicos, en el caso de Mindful Eating, a la alimentación.
El significado que le damos a la comida, tiene raíces muy profundas que llegan hasta nuestros primeros contactos con ella y, todo lo que, sin recordarlo, vimos de bebés y luego de niños. Eso no abarca solo la comida, sino la forma de comerla, prepararla, guardarla, elegirla, e incluso, usarla para aliviar el aburrimiento, la tristeza, o para festejar. Al final de todo ese recorrido, si además sumamos las normas aprendidas, la información recibida y las experiencias personales, llegamos a tener hábitos y un sin fin de comportamientos no conscientes que caracterizan nuestra forma de comer y la relación emocional que tenemos con la comida. El resultado final puede ser muy exitoso, muy desastroso, y un montón de formas y colores que van entre esos dos extremos. La Alimentación Consciente nos da herramientas para explorar esta relación y hacer cambios permanentes en nuestros hábitos que permanecen en el tiempo.
Comer conscientemente es algo que todos los seres humanos podemos hacer, lo que necesitamos es aprender, practicar y darle continuidad M.A. Clarita Briz
El entrenamiento se hace con “ejercicios formales” que son meditaciones basadas en Mindfulness que entrenan la capacidad de mantenernos conscientes del momento presente y de los pensamientos, emociones, sensaciones físicas y experiencia de nuestros sentidos. También hacemos “ejercicios informales” que son cortos, con o sin comida, que nos regresan al momento presente y nos ayudan a explorar con curiosidad los alimentos o las situaciones que estamos viviendo. Todas estas prácticas nos dan una visión clara del momento y de todos los juicios, conceptos y emociones que probablemente no sean ciertos y que afectan de forma directa cómo nos comportamos, lo que comemos o cómo lo comemos.
Los beneficios de la práctica de la Alimentación Consciente se traducen en una mejor relación con la comida y con el cuerpo; mejor manejo de las emociones, estrés, ansiedad, y reducción de su efecto sobre los hábitos de alimentación. El resultado permite hacer elecciones que son mejores para la salud y para cuidar de nosotros mismos en todo sentido; incluyendo la habilidad de evaluar el hambre física y las señales de saciedad que guían las decisiones de cuándo empezar y terminar de comer. Además, amplía la experiencia de la alimentación utilizando todos los sentidos, explorar, saborear y disfrutar realmente de la comida. Otro tema que tocamos y trabajamos en el entrenamiento de Mindful Eating y que resulta bastante útil, es el manejo de los antojos.
Mindful Eating se puede aprender actualmente en distintos esquemas. Puede ser el curso original de 8 semanas o pequeños talleres con temas específicos. Independientemente de cuál se elija, es importante tomar en cuenta que aprender y practicar Mindfulness es como ir al gimnasio, si se deja de practicar, se pierde el “músculo de la consciencia”.
Mi recomendación personal es tomar un curso que se adapte a sus horarios y sumergirse de lleno, dejando por un lado las expectativas y la idea de perder peso. Mindful Eating no es un programa para perder peso, eso podría suceder como una consecuencia del cambio en las elecciones, la forma como comemos y la capacidad de responder al hambre física en vez del hambre emocional, pero, no es el objetivo central. El objetivo central es la consciencia de la alimentación, mejorar la relación con la comida, el manejo de las emociones y mejorar la calidad y satisfacción con la vida.
El artículo fue escrito por M.A. Clarita Briz, para mayor información y contacto:
Especialidad: Licenciada en Nutrición con Maestría en Consejería Psicológica y Salud Mental.