Licenciada Sofía Hernández Búcaro / Nutricionista Clínica
Empecemos esta lectura conociendo conceptos básicos que nos ayudarán a ponernos en contexto de una mejor manera. Todos los días utilizamos sin darnos cuenta palaras que parecen simples, pero en realidad tiene significados importantes. Conozcamos un poco acerca de dos palabras puntuales, pero con mucho para aprenderles.
Alimentación
Acción de alimentar, que significa que es la acción concreta por la cual cualquier organismo vivo consume alimentos para obtener de ellos nutrientes y de esta forma sobrevivir y realizar las tareas del día a día.
Intuición
Habilidad para conocer, comprender o percibir cualquier cosa de manera clara e inmediata, sin que la razón intervenga. Entonces si unimos conceptos y utilizamos las palabras textuales llegamos a la conclusión que la alimentación intuitiva es aquella acción que los seres vivos realizamos para obtener nutrientes y de esta forma sobrevivir sin detenernos a meditar sobre lo que realmente estamos haciendo.
Eso sería si usamos los dos conceptos por separado, pero en la actualidad seguro te has topado en repetidas ocasiones con un concepto que ha hecho ruido en la última década, pero ha tenido más fuerza los últimos años. Alimentación intuitiva es un concepto que tiene mucho de lo que podemos aprender. Es un término que invita a escuchar a nuestro cuerpo, reconociendo señales internas y naturales que nos da para darle la oportunidad a que sea el quien nos guíe en cuanto al momento en que debemos comer y en las cantidades que debemos ingerir, en vez de dejarnos influir por nuestro entorno. La alimentación intuitiva es más un aprendizaje a algo que una vez practicamos, pero que con el tiempo lo dejamos a un lado por ideas que son planteadas en nuestros pensamientos, la mayoría de veces por una simple razón “el qué dirán”. Cuando uno es pequeño de edad, pequeño me refiero antes de entrar a la preadolescencia, esa edad cuando no nos preocupaba lo que los demás pensaran de nosotros respecto a nuestra imagen corporal, física, a nuestras acciones o incluso ni a las emociones que expresáramos, esa edad en la que uno actúa con la libertad de hacer cualquier cosa sin tener que tener en cuenta la opinión de los demás. En esa edad practicábamos una alimentación intuitiva. Si bien es cierto que los hábitos de alimentación se crean por la responsabilidad de los papás también es cierto que si un niño no le apetece comer cierto alimento hará lo imposible por no hacerlo o el caso contrario si un niño tiene hambre lo expresará y casi nunca reprimirá ese sentimiento por “vergüenza” o por “lograr un objetivo”, los niños buscan zacear ya sea un hambre física o emocional con lo que realmente le dicta su cuerpo, puede ser una fruta, un vegetal o incluso un dulce. Eso es alimentación intuitiva.
¿Por qué razón si es algo que traemos como instinto los humanos dejamos de hacerlo conforme crecemos?
Mi respuesta a todo es: el entorno en el que nos desarrollamos, el querer alcanzar estándares de “salud” dictado por modelos, influencers, bloggers o incluso atletas de alto rendimiento es lo que hoy en día ha hecho que vivamos bajo una cultura de dieta perpetua que en muchos de los casos fomenta más una relación negativa hacia la comida que un beneficio a largo plazo. Y es que seamos claros el mantener una dieta, un plan de alimentación saludable no es para nada algo malo como también lo pintan hoy en día algunos profesionales. En mi opinión como profesional de la salud como todo en esta vida se trata de crear un balance. Un balance en donde con la ayuda correcta y pertinente podamos enseñar a crear nuevos hábitos de alimentación o incluso mejorar los que ya se tienen, no dejando de lado la importancia de la conexión emocional que los alimentos siempre tendrán con nosotros.
Es muy importante entender que la salud no esta dictada por mantener un cuerpo escultural, con músculos muy definidos, sin celulitis y sin estrías, la salud no dicta que debas comer todas las frutas y verduras. Tampoco esta relacionada a mantener una actitud positiva todo el tiempo hacia la comida natural y excluir totalmente de tu dieta la comida rápida y beber únicamente agua pura. La salud va más allá de lo físico, tiene mucho que ver con lo interno, con lo emocional, con lo que dicta muchas veces tu bioquímica sanguínea y cuál sea tu actitud hacia tu entorno. Alcanzar salud por medio de una alimentación tiene más que ver con la conexión que logremos recrear con nuestro interior para poderlo exteriorizar ante cualquier situación que se nos presente.
En lo personal me gusta practicarla, recomendarla y trabajarla con pacientes que lo que buscan es ganar salud, sentirse mejor con ellos y mejorar hábitos de alimentación. Sin embargo, te hago la observación que si lo que buscas es alcanzar un objetivo más específico, en donde tu composición corporal juegue un papel importante como lo es una competencia en cualquier deporte, mejorar tiempos en una carrera o una meta personal que te hayas trazado, es importante tomar en cuenta que un plan de alimentación guiado siempre por un profesional de la salud con mucho más estructura, con calendarización a seguir y con recomendaciones específicas traerá también resultados positivos que nos acerquen a lograr nuestro objetivo principal. No se trata de vivir bajo un plan de alimentación que nos aísle de nuestra vida social y que el sacrificio sea más grande que el beneficio. Llevar un plan de alimentación que te de paz y felicidad siempre será lo mejor. La nutrición es una profesión en donde importa más la conexión que establezcas con el paciente que lo efectivo de sus tratamientos. Si estas en busca de un profesional de la salud para alcanzar cualquiera que sea tu objetivo busca aquel que te entienda, que te respete y sobre todo que trabaje de la mano con lo que realmente estas buscando.