Licda. Luz María Ortiz de Kiehle / Nutricionista, Especialista en Sobrepeso y Obesidad. Certificación en Mindful Eating.
Las dietas restrictivas y sin fundamento científico, el querer bajar de peso a toda costa, la influencia de las redes sociales y las críticas de nuestro entorno, pueden afectar nuestra relación con los alimentos. Esto puede provocar miedo a la hora de las comidas, ansiedad exagerada por cierto tipo de alimento o incluso llegar a caer en atracones. Tener una relación saludable con la comida significa que disfrutamos los alimentos por su sabor, efecto saciante y por el buen aporte de nutrientes reales. Al contrario, podemos caer en una relación insana con la comida en la que comemos solo determinado tipo de alimentos que se consideran “saludables”, experimentando comportamientos obsesivos o pensamos que los alimentos son el enemigo porque lo que nos gusta nos sube de peso. Por lo tanto, te dejo 5 consejos para mejorar tu relación con los alimentos y así tener una vida más plena:
1 No etiquetes los alimentos: no existen alimentos buenos o malos, ni alimentos que engordan o adelgazan. Se ha comprobado que cuando una persona permite todos los alimentos controla más la cantidad que come, pero cuando se restringe alguno, es más probable que se exceda el consumo cayendo en un ciclo de culpa interminable.
2 Come con atención plena: a la hora de las comidas elimina los distractores como el celular o la televisión y trata de comer en la mesa. Por lo menos tómate 30 minutos para disfrutar de tus alimentos y apreciar todas sus propiedades y características: su sabor, aroma, textura e incluso podrás descubrir que ciertas comidas te recuerda a algún lugar o momento en específico. Esto ayudará a que valores más la hora de las comidas e incluso que aproveches mejor los nutrientes, pudiendo mejorar los episodios de reflujo gastroesofágico, gastritis o síndrome de intestino irritable.
3 No compenses: si en alguna ocasión consideras que te has excedido por completo de tus porciones o de cierto tipo de alimentos, no te frustres y compenses esta acción con restricciones extremas o con una rutina extenuante de ejercicio. Trata de evitar los sentimientos de culpa y vergüenza y acepta que es parte del proceso. Si sientes que te sobrepasaste, solamente sigue en ese camino de encontrar el balance de disfrutar cualquier tipo de alimento.
4 Conócete a ti mismo: el estilo de vida tan corrido de la actualidad hace que atendamos nuestras necesidades hasta de último. Muchas veces el hambre emocional o la necesidad excesiva de comer cierto alimento puede esconder frustración, soledad, complejos, miedos o cansancio extremo.
5 Atrévete a probar cosas nuevas: a veces nos privamos de ciertos alimentos que pueden provocar agradables sensaciones en nuestro sentido del gusto y con buenas propiedades alimenticias. Compra aquella fruta que hace años no pruebas, prueba distintas especias a la hora de cocinar o empieza a incorporar esos alimentos que tenías en tu lista de prohibidos.
En conclusión, mejorar la relación con los alimentos puede ser un proceso largo y complejo. Si identificas que no puedes aplicar por ti solo la mayoría de los puntos anteriormente planteados, puede que necesites ayuda psicológica y nutricional para poder sanar tu relación con los alimentos. Mi recomendación es buscar un profesional que trabaje sobre la misma línea de pensamiento para que el proceso sea exitoso; por ejemplo, que el profesional sea compasivo con sus pacientes y que no sea peso centrista en el tratamiento.