– Licda. María José Aguilar, Nutricionista-Health Coach.
El 28 de mayo se celebra el día mundial de la nutrición, por lo cual es un momento muy importante para recordar la importancia de una buena y adecuada nutrición en nuestra vida.
Debemos empezar aclarando que una buena nutrición no implica necesariamente “una dieta estricta”, en realidad el término dieta está mal empleado muchas veces pues pensamos que dieta es restricción, salud y no necesariamente, pues “dieta” es el conjunto de alimentos que consumimos de forma regular sean saludables o no.
Entonces hay que resaltar la importancia de una buena nutrición a través de una dieta saludable que incluye los siguientes criterios:
- Suficiente: Una dieta saludable debe ser suficiente en cantidad y calidad. Esto significa que debe contener las calorías suficientes que brinden energía a nuestro organismo para realizar todas sus funciones. Por lo cual es tan importante no practicar “dietas de moda”, “dietas milagro” o “dietas con muy pocas calorías” pues esto podría traer consecuencias graves en nuestro cuerpo
- Completa: Esto significa que debe contener alimentos de todos los grupos que puedan cumplir con las necesidades de carbohidratos, proteínas, grasas, así como de vitaminas y minerales. Actualmente existen muchas dietas de tendencia en donde se elimina algún grupo de alimentos de la dieta diaria para promover la pérdida de peso más rápida o para mejorar algunos aspectos corporales. Por lo cual es muy importante resaltar que cada uno de estos nutrientes tienen funciones específicas en nuestro organismo y no deberían ser eliminados.
- Equilibrada y variada: Alrededor de 60 a 70% del contenido energético debería ser de carbohidratos complejos (frutas, verduras, cereales integrales, tubérculos y leguminosas), de 10-15% debería de venir de fuentes de proteína tanto animales como vegetales (pollo, carnes magras, pescado, lácteos descremados, quinoa, tofu, garbanzos, lenteja, etc) y de 20-25% de grasas saludables (aguacate, aceites vegetales, frutos secos, aceitunas), se debe procurar limitar el consumo de grasas saturadas (la mantequilla, el aceite de palma y de coco, el queso y la carne roja) y evitar al máximo grasas trans (margarina, alimentos procesados, comida rápida) debido a sus efectos dañinos en nuestro organismo principalmente en nuestra salud cardiovascular.
- Adecuada: Debe ser adecuada con la edad, sexo, constitución física, gustos, preferencias, intolerancias y enfermedades personales. Para que de esta forma la alimentación pueda cumplir los objetivos personales de cada persona y su organismo. Una buena alimentación y una buena dieta no implica comer cosas que no nos gusten o nos provoquen malestar.
Esto debe ser complementando con una adecuada hidratación a través del consumo de agua pura el cual en términos generales necesitamos 2 litros al día, puede variar dependiendo de condiciones de salud especiales o actividades físicas. Y por último pero súper importante poder complementar la buena nutrición con ejercicio físico, buscando actividades que promuevan el movimiento, la distracción y que puedan contribuir al manejo del estrés. No debemos obligatoriamente ir a un gimnasio o salir, si no buscar incluso actividades desde casa que nos mantengan físicamente activos.
La nutrición debe ser siempre integral y funcional, debe buscar beneficiar nuestra salud, no limitarnos, no restringirnos ni prohibirnos si no llenarnos de salud y energía.