La diabetes es una enfermedad en la que los niveles de glucosa (azúcar) de la sangre están muy altos, la glucosa proviene de los alimentos que se consumen. La insulina es una hormona que ayuda a que la glucosa entre a las células para suministrarles energía. En la diabetes tipo 1, el cuerpo no produce insulina; en la diabetes tipo 2, la más común, el cuerpo no produce o no usa la insulina de manera adecuada. Sin suficiente insulina, la glucosa permanece en la sangre; con el tiempo, el exceso de glucosa en la sangre puede dañar los ojos, los riñones y los nervios, causar enfermedades cardíacas, derrames cerebrales y la necesidad de amputar un miembro.
A nivel mundial, se estima que en el año 2014 había 422 millones de adultos con diabetes, en comparación con los 108 millones de 1980. La prevalencia mundial de la diabetes casi se ha duplicado desde 1980, pasando del 4.7% al 8.5% en la población adulta, responsable de 1,5 millones de muertes en 2012, con 2,2 millones de muertes adicionales debidas a una glucosa en sangre superior a la óptima. En Latinoamérica y el Caribe alrededor de 41 millones de adultos (mayores de 20 años) padecen diabetes y alrededor de la mitad de ellos no han sido diagnosticados y no saben que están desarrollando complicaciones a largo plazo.
En el período 2010-2019, la mortalidad atribuible a glicemia elevada en el grupo de edad de 20 a 79 años aumentó en países como Paraguay, Antigua y Barbuda y Santa Lucía. En promedio, aumentó en Latinoamérica y el Caribe en un 8%, en oposición a la reducción promedio de la OCDE* de 14%. En 2019, el país con la mayor mortalidad fue Guyana con 188 muertes por cada 100.000 habitantes en el grupo de edad de 20 a 79 años, seguido de Surinam y San Vicente y las Granadinas, con 155 y 153, respectivamente. Estos tres países son los únicos por encima del promedio de la OCDE* de 151 muertes por cada 100.000 habitantes.
*Datos según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.
Según el doctor Joel López, Internista, hay que tomar en cuenta cinco puntos importantes para controlarla:
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Baja el exceso de peso
Bajar de peso reduce el riesgo de diabetes, según American Diabetes Association (Asociación Americana de la Diabetes) recomienda que las personas con prediabetes deben de bajar al menos del 7% al 10% de su peso para prevenir el avance de la enfermedad.
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Realiza actividad física
El ejercicio puede ayudarte no solo a bajar de peso sino a demás te ayuda a bajar tu nivel de glucosa en la sangre. Es importante realizar al menos 30 minutos de ejercicio diario con intensidad moderada a intensa como: caminar a paso ligero, nadar, correr o montar bicicleta.
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Consume alimentos saludables (frutas y vegetales)
En tu dieta debes incluir más alimentos saludables, las frutas y verduras nos brindan vitaminas, minerales y fibra; la fibra en la alimentación favorece la pérdida de peso, además, retrasa la absorción de azúcares y reduce los niveles de glucosa en la sangre e interfiere en la absorción de colesterol y grasa en la alimentación. Evita los alimentos procesados y con alto contenido de azúcar.
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Consume grasas saludables
Es importante agregar a tu diera alimentos con grasas insaturadas o grasas buenas, ya que favorecen los niveles de colesterol saludable, así como la salud cardiovascular. Dentro de ellas se encuentran: aceite de oliva y canola; frutos secos y semillas como almendras, cacahuates, linaza y semillas de calabaza; pescados grasos como el salmón, las sardinas, el atún y el bacalao
Evitar las grasas saturadas o grasas malas, que se encuentran en los lácteos y carnes. Puedes limitar el consumo de grasas saturadas si te alimentas con productos lácteos con bajo contenido de grasas; carne de cerdo magra y pollo.
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Evita las dietas relámpago y prefiere llevar una alimentación saludable y equilibrada
Es importante tomar en cuenta que, aunque una dieta te hace bajar de peso rápidamente es solo temporal, lo que se desea en este caso es cambiar de hábitos que duren toda la vida, para mantener siempre un peso saludable.
