Cada año, más de 56 mil mujeres son diagnosticadas con cáncer cervicouterino en América Latina y El Caribe y más de 28 mil pierden la vida por esta causa. Sin embargo, existen actualmente herramientas de prevención y tratamientos que salvan vidas.
La forma más común de cáncer de cuello uterino comienza con cambios precancerosos, y existen maneras de detener el origen de esta enfermedad. Una manera bien comprobada de prevenir el cáncer de cuello uterino consiste en hacerse pruebas de detección para encontrar lesiones precancerígenas. La prueba de Papanicolaou y la Prueba del Virus del Papiloma Humano (VPH) se emplean con este objetivo.
La prueba de Papanicolaou es un procedimiento que se usa para la obtención de células del cuello uterino con el fin de observarlas con un microscopio y así detectar si hay lesiones pre cáncer. Y la prueba genética del VPH se usa en combinación con la prueba de Papanicolaou para detectar la presencia de virus, que son los agentes causales del cáncer del cuello uterino.
Las medidas que debes tomar para que tus pruebas de detección sean más precisas son las siguientes:
- No programes tu cita durante el periodo menstrual.
- No uses tampones, espuma, espermicida, gelatinas, u otras cremas vaginales humectantes dos o tres días antes de la prueba de Papanicolaou.
- Evita duchas vaginales dos o tres días antes de la prueba de Papanicoalou.
- No tengas relaciones sexuales dos días antes de la prueba de Papanicolaou.
Y recuerda que también debes modificar factores de riesgo que aumentan la probabilidad de padecer un cáncer de cuello uterino, llevando una vida saludable, como por ejemplo:
- Dejar de fumar.
- Detectar otras enfermedades de transmisión sexual.
- Tener una alimentación balanceada.
- Hacer ejercicio.
- Uso de condón.
Recuerda que siempre debes tener un espacio para ti, es importante que te sientas cómoda y segura al momento de realizar tus exámenes, con la confianza de hablar abiertamente del tema, identificar síntomas y así diminuir el riesgo de cáncer.